Hola som la Clara, la Nora, la Ona i la Inna, formen el grup 2 i en aquest blog us explicarem la nostra experiència pels carrers de Barcelona, passant desde les Rambles, cap al Barri Gòtic, Monjuic i finalment a l'Eixample. Benvinguts!

dimecres, 18 de juny del 2014

Presentación de Montjuïc

La montaña de Monjuïc, que cierra Barcelona en su extremo sur, ha sido el escenario de grandes desafíos y celebraciones colectivas. Algunas extraordinarias, y capaces de abrir nuevos horizontes para la ciudad, como la Exposición Internacional de 1929 o los Juegos Olímpicos de 1992. Otras habituales, más bulliciosas y desinhibidas, como la anual clausura de las fiestas patronales de la Mercè. Montjuïc abriga el puerto marítimo y constituye la posición natural de defensa de la ciudad. Esa fue su función principal hasta que, con vistas a la Exposición Internacional de 1929, la montaña fue sometida a una primera urbanización, que dejó sobre su piel pabellones de arquitectura academicista (con exposiciones como el visionario edificio de Mies van der Rohe), el Pueblo Español (un resumen de la arquitectura vernácula española), avenidas sinuosas y jardines románticos. El segundo gran esfuerzo urbanizador se desarrolló para los Juegos Olímpicos de 1992. Su huella más visible es el Anillo Olímpico, una explanada de corte y simetría clásicos, jalonada por diversas instalaciones deportivas, como el Palau Sant Jordi (obra de Arata Isozaki) cuya abierta recuerda vagamente el caparazón de una tortura, las piscinas olímpicas (Gallego / Fernández), una universidad del deporte (Bofill) y el viejo estadio olímpico (totalmente remozado por Corea/Milà/Gregotti). Fue en este estadio donde el 25 de julio de 1992, poco después de anochecer, una flecha de fuego surcó el cielo. Cientos de millones de telespectadores contuvieron la respiración, hasta que la antorcha voladora encendió la llama que daba inicio a los Juegos Olímpicos y, al tiempo, iluminaba una nueva Barcelona, amorosamente reconstruida para la ocasión.



El día 12 de junio, todos los alumnos de la Mallola de tercer grado, se dirigían hacia Monjuïc. Mi grupo y yo, para llegar, decidimos coger el tranvía en Pont d’Esplugues, continuamente bajamos en Plau Reial y desde ahí cogimos el metro L3 hasta Plaza España. Todos habíamos quedado debajo de una de las Torres Venecianas. Una vez que los profesores hayan acabado de pasar lista, comenzamos nuestra aventura en esta maravillosa y a la vez agotante montaña. 





Al principio íbamos un poco alteradas, pero al cabo de un par de minutos ya estábamos cansadas. Lo primero que hicimos al llegar al MNAC fue buscar la estatua escondida entra tanta naturaleza de Fauno. Nos costó mucho trabajo encontrar-la pero al final, después de recorrer todo el parque la localizamos en unas escaleras con baldosas de diferentes colores. 




Al salir del Estadio Olímpico mi grupo se juntó con los grupos 5 y 1, así nos resultaría más fácil hacer las actividades y llegar a los sitios. Estuvimos todos juntos hasta que se hicieron las 12 menos 15 y entonces comenzamos a descender hasta llegar al Estadio Olímpico, otra vez, que allí seria donde los profesores tenían que pasar lista. 






Una anécdota que nos gustaría resaltar, es el hecho de que el camino para llegar al Museo Etnológico se nos hizo muy largo y abrumador, por el simple hecho de que por esas travesías no había ni una sola tienda donde poder comprar agua. La única opción que nos quedaba es ir llenando las botellas con el agua de las fuentes que encontrábamos por ahí. ¡Ni siquiera sabíamos si era potable! ¡Qué desesperación!



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