El
día viernes 13 de junio, nos dirigimos hacia el barrio del Eixample para
completar y finalizar nuestro itinerario. Cogimos el tranvía en la parada Pont
de Esplugues y bajamos en María Cristina, seguidamente, nos encontrábamos en el
metro y después de seis paradas aproximadamente, bajamos en Paseo Gràcia. El
punto de encuentro era en la Pedrera, y en cuánto un profesor nos pasó lista,
fuimos a empezar el recorrido. Estábamos en el instituto Ramon Llull cuando nos
llamó una amiga y nos dijo que nos estaban esperando todos en la Pedrera para
hacer la visita guiada. En ese momento estábamos muy asustadas. No nos habían
dicho nada y creíamos que nos iban a suspender el trabajo, corrimos calles
abajo cuando finalmente, agotadas, llegamos. La reacción de los profesores no
fue cómo nos la imaginábamos, al justificar nuestra salida, lo entendieron y no
nos echaron mucha bronca. Cómo ya habían pedido las entradas cuando nosotras no
estábamos, nos tuvimos que esperar un poco para conseguir las nuestras.
Finalmente, empezó la visita guiada. Durante la estancia allí, fuimos recogiendo
mucha información, lo primordial fue, que en el número 92 de Paseo de Gràcia,
se alza la Casa Milà, conocida también como La Pedrera, obra de Antonio Gaudí construida
entre los años 1906 y 1910. Este
edificio de viviendas (hoy propiedad de Fundación Caixa Catalunya y abierto a
la exposición) posee tres fachadas. Todas ellas integran en realidad una sola,
definida por sus líneas onduladas, que evocan un oleaje de piedra,
adornado por las retorcidas barandillas metálicas de los balcones. Buena parte
de los pisos han recuperado su aspecto inicial, con las carpinterías
modernistas y los a menudo dibujos y relieves trazados sobre los techos de
yeso, como signos sobre la arena de un desierto. La azotea reúne sobre su superficie un bosque de
chimeneas escultóricas, que esconden escaleras.
Cuando
finalmente acabó la visita guiada, quedamos asombradas, nos pareció preciosa y
algo inigualable. Al poco rato, seguíamos con nuestro recorrido. Después
de caminar llegamos a la Manzana de la Discordia, nos explicaron, que se
llamaba 'Discordia' porque entre las tres casas que la componían siempre había
discusiones para ver quién tenía la mejor y la más bonita. Estas tres casas son
la Casa Ametller, obra de Puig i Cadafalch, Casa Lleó Morera de Domènech
i Montaner i per acabar, la Casa Batlló de Antonio Gaudí. Aprovechamos de la
estancia de muchos turistas que paseaban por la zona para las entrevistas.
Hicimos 4. Una en inglés, otra en francés, en ruso y en italiano. Sinceramente,
nos costó mucho encontrar a personas italianas y rusas, con estas últimos
tuvimos muchos problemas, ya que nos contestaban en inglés, pero cómo no nos
entendimos bien, decidimos dejarlo. Acabado el itinerario, fuimos a comer una
hamburguesa y patatas y de paso descansamos un poco en una cafetería. Como Ona
no estaba habituada a comer tanto empezó a sentirse mal, entonces decidimos
partir ya para casa y no pudimos hacer la foto de la Sagrada Família. Corrimos
hacia el metro para evitar perderlo y cuando entramos en uno nos dimos cuenta
que no era el nuestro y en los segundos restantes para la cerrada de puertas
salimos corriendo. Yo salí la primera, Clara y Inna siguieron mis pasos. Metí
el brazo para poder sacar a Ona del metro ya que se había quedado dentro. En
ese momento tanto Ona como yo, sentimos mucho miedo ya que la puerta no se
habría suficiente para que ella pasará. Logramos que se abriera. Fue una
experiencia muy traumática y dolosa por mi parte, también tuvo su anécdota ya
que vimos a todos los componentes del metro riéndose.
Después
del susto, nos fuimos al tranvía y estuvimos todo el trayecto comentando el día
y todo lo que teníamos que preparar. Finalmente llegamos a casa de Clara y nos
pusimos a dormir.
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